Todos
en esta vida nos hemos preguntado más de una vez ¿Para qué sirven las
matemáticas? ¿Algo tienen que ver con la naturaleza? Pues la respuesta a todo
esto es sí, ya que existe una proporción, un número que se presenta en todas
las creaciones que hizo nuestro Dios, es por eso que se le llama el número de
Dios el cual equivale a 1.618
Pero ¿qué es este número? se trata de un número algebraico que tiene muchas propiedades interesantes, el cual se descubrió en la antigüedad como una proporción, una proporción que se encuentra en algunas figuras geométricas, en la naturaleza, en el cuerpo humano y en una infinidad de cosas más.

Este es un número, que cuando se llega a cumplir en los objetos les brinda una belleza superior a los demás, un carácter estético especial y una importancia mística. Ahora la duda es en donde podemos encontrar este número, esta proporción, los ejemplos más claros son obras y arquitecturas que son conocidas por toda la humanidad como la mona lisa de Leonardo Da Vinci o el Partenón en Grecia.
Además
este número se encuentra en la disposición de los pétalos de una rosa, las
conchas espirales de los moluscos y la cría de conejos, IMPRESIONANTE ¿no? Otro claro ejemplo es como se relaciona el
Partenón, las tarjetas de crédito, un girasol, en donde todas tienen 1.618, una
prueba más en la que se hace presente esta proporción.
0,1,1,2,3,5,8,13...
Muchas personas dicen que este número tiene una correspondencia con la santísima trinidad; es decir, así como hay una misma sustancia entre tres personas, de igual modo una misma proporción se encontrará siempre entre tres términos y nunca de más o menos. Lo más interesante de esta proporción, es que no sólo se encuentra en obras hechas por los humanos, sí no en la naturaleza hecha por Dios. Para entender el número de Dios en la naturaleza, se debe entender también la sucesión de Fibonacci, la cual es una sucesión que va de la siguiente manera:
Muchas personas dicen que este número tiene una correspondencia con la santísima trinidad; es decir, así como hay una misma sustancia entre tres personas, de igual modo una misma proporción se encontrará siempre entre tres términos y nunca de más o menos. Lo más interesante de esta proporción, es que no sólo se encuentra en obras hechas por los humanos, sí no en la naturaleza hecha por Dios. Para entender el número de Dios en la naturaleza, se debe entender también la sucesión de Fibonacci, la cual es una sucesión que va de la siguiente manera:

Otra muestra del número de Dios está en las conchas de nautilo, en donde los número son
cuadros unidos del mismo tamaño, de esta manera se le agrega otro cuadrado
encima de estos, el cual tenga el doble de tamaño, a la derecha se agrega otro
que tenga el triple de tamaño y así sucesivamente, dejando otro claro ejemplo
de la existencia de este número divino.
Ahora bien, este número también se encuentra en el cuerpo humano y se dice que quien posee este número, es una persona muy bella, con mucha estética. ¿Esto es cierto? Pues sí, esta proporción está en la relación entre la altura del hombre y la distancia desde el ombligo a la mano, porque el resultado es el número áureo. La relación entre las falanges de los dedos es el número áureo, la relación entre la longitud de la cabeza y su anchura es también este número.
Y el ejemplo más claro y asombroso, es como esta proporción también en encuentra el universo, dejándonos claro que existe Dios, el creador de todo, el cual se baso en un sistema matemático que relacionará todas sus creaciones.